- Está abierto el plazo para proponer mejoras e ideas para estas zonas hasta el domingo, y posteriormente se priorizarán las recibidas con las y los vecinos.
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Conocer la amplia realidad de los barrios y de quienes lo habitan para identificar ámbitos de mejora y priorizar, en colaboración con las y los vecinos, los trabajos más importantes. Eso es lo que ha buscado el proyecto AuzoEkin en la primera fase que acaba de concluir. Para ello, el Ayuntamiento ha realizado este año diagnósticos integrales de tres áreas, además de identificar las necesidades de los barrios, para conocer la realidad social: en la zona de Bidebieta-Iparragirre-Izaskun, en San Esteban y en los barrios rurales. La semana pasada se presentaron las principales conclusiones en cada una de las zonas y ayer se presentaron a trabajadores y representantes políticos del ayuntamiento.
Para la realización del diagnóstico se han cruzado datos estadísticos del censo, de Eustat y de Lanbide. Además, se han realizado encuestas: un total de 562, cuando en las tres zonas viven un total de 2.543 habitantes. Esto se ha completado con aportaciones del grupo motor, entrevistas en profundidad, grupos de debate y paseos guiados por el barrio junto con sus vecinos para analizar las necesidades. ¿Cuáles son las características y evolución de la población de estos barrios? ¿Cómo perciben la vida de barrio? ¿Qué ven para mejorar?
Bidebieta-Iparragirre-Izaskun
Se trata de una zona en fase de rejuvenecimiento. En la última década la población ha crecido un 15% y una cuarta parte acaba de llegar al barrio — donde lleva viviendo un máximo de 5 años —. La edad media es de 45 años: la mayoría son de 35 a 54 años, un 26,7%. El mayor incremento corresponde a menores de 15 años, que en 2015 eran el 6,2% frente al 15,3% actual. En cuanto al origen, el 8,5% son de origen extranjero, la mayoría de procedencia latinoamericana y africana
Aunque la tasa de paro es reducida — menos del 5% —, la situación económica en general es baja: una cuarta parte tiene dificultades para llegar a fin de mes. La mayoría de vecinos no están en activo y el coste de la vivienda genera una gran presión que dificulta llegar a fin de mes. De media viven 2,5 personas por vivienda. La mitad vive en una vivienda en propiedad, y la situación general de las viviendas es, mayormente, buena.
En cuanto a las necesidades del barrio, las aportaciones recibidas sugieren que el barrio tiene dos prioridades principales: la calidad de vida del espacio público y la activación de la comunidad. El parque de Zabalarreta es visto como un potencial corazón y punto de encuentro del barrio, pero en la actualidad se encuentra en una situación de vulnerabilidad y sus vecinos y vecinas han propuesto su reactivación como un primer paso.
Los problemas de accesibilidad —estado de las aceras, conectividad, inseguridad peatonal... — son motivo de preocupación y se proponen soluciones concretas. Asimismo, se subraya la falta de comercio y la activación de locales públicos vacíos como claves para la dinamización del barrio. El proceso ha demostrado la fuerte adhesión de la comunidad con el barrio, aunque su actividad vecinal es todavía limitada.
San Esteban
Aunque en menor medida, en San Esteban también ha crecido la población en la última década (5,8%). El mayor incremento se da entre menores de 15 años, que han crecido un 5%, hasta alcanzar el 16,9% de la población del barrio. Una cuarta parte del barrio tiene menos de 24 años. La edad media es de 43 años.
Tiene una tasa de paro significativa, del 12%, un tercio de larga duración. Los ingresos tienden a ser bajos; sin embargo no se detecta una dificultad económica generalizada, ya que el nivel de gasto se realiza de forma moderada. El acceso a la vivienda y la alta presencia del alquiler —casi la mitad de la población vive en alquiler— son una muestra de la alta emancipación de la juventud y del atractivo de la nueva población. La media de personas por hogar es de 2,3.
El 40% de la población lleva menos de cinco años viviendo allí, pero la presencia de nuevos vecinos no se ha reflejado aún en una actividad vecinal activa y cohesionada. Se percibe cierta distancia emocional con el Ayuntamiento, sobre todo por el desarrollo urbanístico del barrio que se ha prolongado durante casi dos décadas, y que alimenta una percepción de dejadez institucional. Sin embargo, las y los vecinos tienen claros los principales activos del barrio: tranquilidad, cercanía e identidad colectiva.
En cuanto a la situación de las infraestructuras y equipamientos, se señalan carencias concretas —aseos públicos, alumbrado, fuentes o cubiertas— que las relacionan con la ‘dignidad simbólica' del barrio. La situación del ferial también se percibe como la metáfora del barrio: un espacio de gran potencial, pero difuminado por la falta de uso y mantenimiento. La diversidad cultural y el equilibrio intergeneracional se han visto como ejes fundamentales.
Barrios rurales
A diferencia de las zonas anteriores, la población desciende de forma significativa, un 6,5%. Además, viven un profundo proceso de envejecimiento, con un incremento de casi un 5% en el número de mayores de 65 años. Sin embargo, la edad media es de 47,5 años.
Las dificultades de las nuevas generaciones para emanciparse influyen directamente, ya que la tasa de emancipación es muy escasa, del 8%. La oferta de vivienda es limitada y la escasa capacidad de atracción de gente procedente del exterior son claves para explicar el descenso de la población. La situación general del mercado de trabajo es estable y los niveles de renta son relativamente estables, sobre todo porque la propiedad generalizada de las viviendas reduce la presión de gasto: apenas un 7% tiene una carga excesiva de los gastos de vivienda y un 95% no tiene dificultades para llegar a fin de mes.
Las acciones cualitativas han dejado claro que la falta de infraestructuras y servicios es la preocupación más compartida de los barrios: el agua, el saneamiento, el alumbrado y la situación viaria son las principales prioridades. Estos problemas no se ven sólo como una falta de servicio, sino como un síntoma de escaso seguimiento. Por ello, las y los vecinos proponen contactos permanentes y estructurados con el Ayuntamiento para garantizar el seguimiento técnico de los barrios y la participación en las decisiones.
También subrayan el valor del patrimonio y de su historia, entendiendo el paisaje, los edificios históricos y los caminos rurales como ejes de la identidad de la comunidad. El sector vecinal y la activación de la comunidad han aparecido como pilares fundamentales, aunque las asociaciones sufren los retos del relevo generacional y la falta de recursos. Sin embargo, el alto grado de dedicación e implicación de la ciudadanía demuestra su gran potencial para impulsar la vida social y cultural.
Abierta la posibilidad de hacer propuestas
En esta primera fase se han identificado numerosas propuestas y necesidades de las y los vecinos, que se expondrán en la plataforma erabaki.tolosa.eus.
No obstante, está abierto el plazo para realizar más aportaciones para la ciudadanía. Hasta el momento se han recibido sugerencias de muy diversa índole: desde las relacionadas con obras y mantenimiento —reparación y accesibilidad viaria, zonas verdes, alumbrado, nuevos aparcamientos ciclistas, etc.— hasta las de carácter más comunitario — creación de asociación vecinal, recuperación de fiestas...—.
Las propuestas se podrán realizar hasta el próximo día 26, domingo, de dos formas: online, registrándose en la plataforma erabaki.tolosa.eus y publicándo las propuestas directamente, o presencialmente, entregando la propuesta por escrito en la oficina de atención UDATE.
Con las propuestas se elaborará una estrategia a cinco años en cada zona. El objetivo es recoger los objetivos y acciones a desarrollar durante este tiempo. Más adelante combinará dinámicas de deliberación y participación activa para establecer prioridades. Una vez realizado el estudio técnico de las propuestas priorizadas, el próximo año se realizará la selección final de los trabajos a realizar junto con las y los vecinos. Los seleccionados se integrarán directamente en el presupuesto municipal del próximo año y cada zona tendrá una bolsa de 60.000 euros. Asimismo, el ayuntamiento tratará de incluir las propuestas que excedan esta cantidad, en sus planes de inversión y mantenimiento para los próximos años.