Haragi y hortalizas

La celebración de “Haragi” tuvo su reflejo claro en el mercado semanal. El ambiente a primera hora fue muy tranquilo, casi resacoso. Pocos compradores y los vendedores compartiendo conversaciones, comentarios e incluso cafés. Aunque a media mañana el ambiente se fue caldeando y hacia mediodía los puestos se mostraban vacíos de género y muy alegres. Los carteles de la fiesta cárnica poblaban el Zerkausi, contextualizando a todos los allí presentes en un día tan exitoso, y animando a muchos a apostar por mesas bien abastecidas de las exquisiteces presentes en los puestos.

Hablamos de una oferta de guisante del país en distintos estadíos de crecimiento a precios cada vez más contenidos. Las cotas de sabor y finura son equiparables a la de las cordilleras más elevadas de la tierra, y los precios empiezan a ser parecidos a los de las cimas más accesibles de nuestro territorio. Suponen una oportunidad de oro. Otro atractivo potentísimo son las habas del país. Muchos las acompañan de jamón también presente en la mesa de Mahala, y otros apuestan por la pureza de sus sabores, un punto dulce, un punto amargo, que contrastan de manera brillante con un buen huevo del país.

Ese punto amargo lo aportan también los exquisitos espárragos que este año estamos pudiendo disfrutar. Cocidos en menos de media hora, aportan sabores impensables abriendo una lata del mismo producto en versión comercial. Otra demostración más para los más perezosos que los esfuerzos en los fogones merecen la pena.

De la lista de setas compuesta por hongos y por zizas de primavera hay que destacar a estas últimas. Presentes unos pocos kilos locales y complementados por más producto de procedencia más lejana, supusieron el principal atractivo para los amantes de las setas. Las de mayor calidad se agotaron a primerísima hora y fueron muchos los clientes que se decidieron a apostar por crear un menú en el que fueran actrices principales.

Cabe citar ese especial punto de alegría que aportan las flores cortadas presentes en muchas mesas. Sumadas a la espectacular propuesta presente semanalmente en la plaza Berdura generan un clima de alegría asociado a la eclosión primaveral, a los días largos, al inminente verano, y en muchos, a recuerdos asociados a la infancia que se quedan grabados en la base de nuestra memoria; despiertan sentimientos casi atávicos, que sin darnos cuenta, nos alegran los días. No pierdan la oportunidad de regalarse esto con un simple ramo de calas.

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