Black pearl

Ayuntamiento de Tolosa
19/11/2018 | Comercio, Ferias y Turismo

Abrumadora. Así podríamos describir la oferta presente éste sábado en las mesas del mercado semanal de Tolosa, multiplicada por la celebración de la feria extraordinaria de la alubia. La “perla negra”, como muchos la llaman, tiene un poder de convocatoria sólo igualado por los mercados especiales de navidad y por el de Tolsa Goxua. Hay clientes que vienen desde muy lejos éste fin de semana para regalarse un buen menú con la alubia como protagonista. Hay también muchos foráneos, que ante la imposibilidad por motivos de agenda de poder desplazarse hasta nuestra villa, encargan la preciada legumbre para darse ellos mismos el homenaje en tierras lejanas. Hablamos de destinos tan exóticos como Madrid, París, Dinamarca, Corea, e incluso Nueva Zelanda; destino que certifica el que suscribe, de algunos de los celemines producidos en nuestra Tolosaldea.

Como curiosidad citar que cuando se habla del celemín de alubia, se hace refiriéndonos a la medida de volumen. Equivale a unos 4,6 litros, aunque como muchos de nuestros lectores saben, es también una medida de superficie, que por supuesto, está perfectamente relacionada. La superficie que ocupan esos 4,6 litros de semillas de trigo sembrados son el celemín convertido a medida de superficie. (537 m2). Sabiduría popular en tantos y tantos términos y conceptos asociados a nuestro mercado.

Junto a las perlas negras hubo en los puestos una selección de acompañamientos y sacramentos que permitieron a los clientes componer una mesa de concurso. Desde las consabidas costillas, morcillas, chorizos y tocinos, provenientes de los cerdos “euskal txerriak” en muchos casos, y que volviendo una vez más a la tradición más arraigada, se suelen obtener y están íntimamente ligados al recientemente pasado día de San Martín. En muchos caseríos se mataron el pasado 11 de Noviembre los cerdos de este año y de allí se obtuvieron las viandas que acompañan a las alubias. Sin duda todo coincide, y no lo hace porque sí; siempre hay motivos en las costumbres que las llevan a consolidarse.

Hubo además mucha verdura propia de esta época. Berzas, coliflores, calabazas, escarolas, lechugas, espinacas o cebolletas entre otras muchas, y que junto con la oferta de fruta del país conformaron una propuesta ideal para ayudar en la digestión del contundente menú leguminoso. Las guindillas en vinagre, y las guindillas frescas fueron la guinda para todas esas comidas.

La presencia de setas se mantiene en un año difícil. Bastante hongo foráneo de gran calidad, algo de hongo local, gamuzas, níscalos, colmenillas, champiñones silvestres y unas delicadas angulas de monte.

Destacar así mismo la actividad de los puestos de planta hortícola de la plaza Berdura. Muchos aprovecharon la ventana de buen tiempo antes de que llegue el previsible invierno y acometieron las labores de cara al invierno.

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