Equilibrio estable

El equilibrio controlado que mostraban los deportistas congregados en el río, junto al Zerkausi, con motivo del ya “tradicional” certamen de slackline fue parecido al que los baserritarras están demostrando éste verano con el cultivo del tomate o de la vaina. A pesar de las dificultades, las y los productores están logrando ofrecer una oferta de calidad un fin de semana tras otro.

Los tomates vistos en las mesas mostraban puntos de madurez y de calidad dignos de mesas de alto nivel y las vainas, tras un verano difícil, mostraban ya el carácter y la calidad a las que estamos acostumbrados.

Destacaron, también, las guindillas de Ibarra, presentes en la mayoría de las mesas especializadas, y junto a ellas: pimientos de Gernika, de Padrón, e incluso variedades más exóticas y agresivas como los jalapeños o los habaneros. Una verdadera delicia.

La lista de fruta es otra de las actrices principales de la película de este fin de semana. Mucha manzana de gran calidad, delicias como las frambuesas ecológicas, matxakanas de gran calibre, ciruelas de distintas variedades, unos higos de exquisita presencia y peras en variedades alternativas hicieron que los compradores se mostraran satisfechos.

Desde luego los que se atreven a probar con el buen producto de la plaza aciertan y acertaron también los que apostaron por las gibelurdinas locales que vimos en las mesas de Zeferino Auzmendi y de Josefa Iraola. Una pulcritud exquisita, una frescura intachable y un aroma a bosque que evocaba ecosistemas cercanos. Los precios contenidos hicieron que durasen poco en los puestos, y la relativa escasez de ziza horis ayudaron en la buena consecución de las ventas.