El final del verano va trayendo cada vez más diferencias a los puestos estivales. Los tomates van proliferando, en un año en el que ha habido bastante retraso en entrada en producción y en el que más de un productor ha tenido replantar para poder hacer frente a la temporada, los pimientos van tornándose poco a poco en rojos, como los choriceros excelentes que vimos en la mesa de Etxetxo, o las mismas guindillas que van poco a poco adquiriendo ese “calor” asociado al paso del verano y a la acumulación de horas luz y que tanto gusta a muchos clientes y al que suscribe. Nos comentan los productores que la alubia de Tolosa llegará en una o dos semanas para los más adelantados. Los que siguen el calendario tradicional, el asociado a la siembra conjunta de maíz y alubia allá por San Isidro, tendrán que esperar hasta la Pilarica para poder ofrecer los celemines.
La oferta de fruta está en el mejor momento del año en nuestra zona. La manzana está espectacular. Mucha cantidad en las mesas, de distintas variedades, desde las tempranas que aún subsisten en las mesas, hasta las de media temporada, a la espera aún de las del fin de temporada como la errezil sagarra. Las peras del país también proliferan en el mercado. Si hace semanas solo se veían en algunos puestos, ya ayer estaban en bastantes, y a buen seguro, en un par de semanas se verán por doquier y de distintas variedades. La gran ausente de momento, o por lo menos en manera francamente escasa es la matxakana. Parece que este va a ser un año bastante difícil para los que destilan sus propios patxaranes. Tendrán que tirar de cosechas pasadas.
La lista de micológicas es otra de las damnificadas este año por la difícil climatología. Ciertamente, no sabríamos a que factor achacar la escasez de setas. Unos hablan del cambio climático, otros de la sobre-explotación, otros que va a ser puntual, aunque ya llevemos varios años difíciles en este campo. Esperemos que la luna de septiembre en unos días nos traiga ese esperado golpe de hongos y setas que borre de un plumazo los fantasmas que se van poco a poco instalando en el imaginario colectivo. Mientras tanto la oferta foránea suple las necesidades de los aficionados.
Destacar de entre las mesas dos detalles. Por un lado las nuevas incorporaciones, que además de engrosar la lista de productores y aumentar la oferta, lo hacen de manera especializada. Productores ecológicos, que a juzgar por el nivel de detalle en las presentaciones y por el cuidado del puesto y los productos su producto será de garantías. El otro es la exquisita oferta permanente que tenemos en el Zerkausi. Los productores de pan artesanal que se dan cita cada siete días conforman un producto de una calidad inigualable. Pan producido con harinas ecológicas, obtenidas mediante técnicas de molienda tradicionales que conservan mejor las propiedades beneficiosas del grano. Acompañado por la oferta de derivados del cerdo y la vaca que semana tras semana se vende en los distintos puestos especializados y por los quesos del país que lucen y aromatizan los distintos pasillos del mercado podemos elaborar menús de una calidad y salubridad intachables.
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