Eterno verano en las mesas

Las caras de los habituales en el mercado semanal de Tolosa contrastaban ayer con las de los visitantes foráneos que con motivo de la celebración del certamen de masas corales de Tolosa nos visitan éstos días. Todos los años son legión los que no dejan pasar la oportunidad de visitar nuestro mercado coincidiendo con su estancia en la villa, y suelen convertirse en embajadores del mismo al regreso a sus casas, dados la fascinación que despierta y el encanto que emana de las mesas de la azoka. Ayer se encontraron con un sinfín de atractivos, que sin duda despertaban la curiosidad de los visitantes y conseguían atraer su atención durante toda la mañana. Estamos dada la ecléctica meteorología que vivimos, en un momento en el que conviven productos propios de estaciones mucho más cálidas con otros del momento, e incluso algunos claramente invernales. La coexistencia en Noviembre de las excelentes aún guindillas de Ibarra y vainas, con alubia de Tolosa nueva, calabazas y con la colección de brasicáceas que hay en las mesas desde hace semanas no suele ser habitual, y menos aún con las espinacas o borrajas de final del otoño. Las mesas están a rebosar de productos de gran calidad, y da gusto ver las caras de satisfacción de las productoras cuando ofrecen y venden un producto de tal calidad.

Destacaron entre otros los puerros del país y las zanahorias, que muestran un calibre excelente y una calidad insuperable. La alubia va poco a poco cogiendo ese punto de secado que será constante a lo largo del año hasta que se agoten existencias, aunque hay aún quien ofrece un producto totalmente nuevo y fresco. Hay distintas opciones para un mismo producto.

Destaca así mismo la gran variedad de frutas del país presente en las mesas. Hay, como venimos diciendo, mucha, mucha manzana en las mesas, y parece que la va a seguir habiendo puesto que aún queda por recoger mucho en los árboles; hay aún peras del país de gran calidad, aunque en menor medida que hace semanas; lucen especialmente los frutos secos como la avellana y la nuez, que este año están mostrando cotas de calidad y cantidad muy elevadas. Destacar además los nísperos, que ya se ofrecen en todos sus estadios de maduración, al gusto del consumidor, unos exquisitos kakis para consumir al momento, y una oferta constante de feijoa que los habituales no dejan escapar.

La cruz de la templada meteorología está en las mesas de especies micológicas. Ha sido esta la peor temporada que se recuerda por muchos años, y tiene todos los visos de que tengamos que esperar hasta el año que viene para poder resarcirnos. Los montes están muy secos, y las lluvias de otoño han servido solo para ofrecer el golpe que tuvimos con la luna creciente de hace más de un mes. Ayer hubo algún kilo escaso de hongo del país, y mucho foráneo, algunas ziza horis, gamuzas y trompetas de la muerte. Consuelo escaso para los adoradores del hongo, y una oportunidad excelente de conocer especies menos valoradas y consumidas.

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