El final del verano

El sol y el cambio de ubicación cediendo su espacio a la feria de la cerveza, trajeron una animación inusitada a las mesas del mercado semanal. La azoka se muestra en su mejor cara, al final de éste caluroso verano y ante las puertas del otoño. Esa estación llena de esperanzas, de poderosos atractivos y de una meteorología habitualmente privilegiada en nuestra comarca.

Legarán y lo harán en breve las primeras alubias de Tolosa. Ya lo hicieron las pochas blancas a las mesas hace más de un mes ya, y son el preludio de sus hermanas más oscuras. Despiertan expectación, competitividad, tanto entre lcultivadores como entre cocineros.

Pronto llegarán, a buen seguro, los hongos del país. El sábado se vió bastante gibelurdina de muy buena calidad, así como ziza hori de excelente aspecto. Parece que el ciclo de éstas va a agotarse para ceder el protagonismo a la seta más famosa.

La oferta de fruta presente en los puestos del sábado fue mayor que la de hace siete días y no deja de crecer. Bastante higo blanco en excelente punto de madurez, matxakanas en varias mesas que aportarán a las sobremesas del invierno ese calor que muchos buscan, y una excelente y variada lista de manzanas. Junto a ellas cada vez más peras variadas, además de frambuesas, ciruelas verdes, rojas, silvestres, y unos fantásticos cítricos de muy corta cosecha.

Cabe destacar a esos productores que mantiene una propuesta estable a lo largo del año. Los queseros, por un lado, y la venta del pan artesanal, por otro. Otro de los imprescindibles en toda cesta de compra.